Crítica: Dunkirk (2017)
- Josep L. Cardo
- 9 ago 2017
- 2 Min. de lectura

Vale. Christopher Nolan ha vuelto. ¿Y qué sabemos de Christopher Nolan? Que tiene un ego enorme. Nuestro querido y amigo Nolan, el mismo que afirma que Netflix es una moda y que el cine que no pasa por una sala de cine no es cine, firma su última película, en este caso alejada del resto de géneros que había tocado para adentrarse de pleno en la batalla de Dunquerke.

He de reconocer que no soy fan del Nolan persona, pero si del Nolan director. Adoro Origen, Interestellar, El truco final... Si algo bueno tiene el bueno de Chris, es que tiene ojo para hacer cine como nadie. Y él lo sabe. Y ese es el principal problema de Dunkirk.

Decir que Dunkirk es una mala película es pecado, pero decir que es una obra maestra también. Con Dunkirk, Christopher Nolan nos entrega su "peor" (véanse las comillas) película. ¿Pero es una mala película? Para nada. Desde Salvar al Soldado Ryan, ninguna película se adentraba tan bien en una guerra para hacer sentir a la perfección lo que una guerra es: un caos de una crueldad inhumana y un gran error.

El bueno de Nolan, que hace poco dijo que quería rodar esta película sin guión (y me creeria si hubiera sido así) nos explica simplemente la experiencia de estar en Dunquerke. Y se ha motivado tanto, que le ha importado tres pimientos la historia, la trama y los personajes. Para él no son importantes. Dios-Nolan está por encima de eso. Esta cinta más que como película, se puede definir como una experiencia. Y una experiencia que te hace estar en tensión toda la hora y media que dura, gracias (muchas gracias) a la partitura de Hans Zimmer, que está presente en todo momento del film, non-stop. Los protagonistas pueden estar mirando al infinito pensativos, pero de fondo siempre tenemos al bueno de Zimmer marcándonos la tensión.

Y es que de eso se trata: de crear una experiencia única en la guerra. Y ya está. Por que la película de Nolan parece no tener guión ninguno. No hay construcción de personajes, no hay tramas, giros, estructura: todo se basa en un seguido de escenas y situaciones, con diferentes protagonistas a los que conoceremos más bien poco (o nada). Y eso es lo que hace que Dunkirk se aleje de ser la gran obra de Nolan.
A Diferencia de otros grandes del cine bélico (La Chaqueta Metalica, Salvar al Soldado Ryan, Platton) no tenemos heroes, ni protagonistas. Solo personajes que van pululando de un lado para otro, escapando de tiros, explosiones o derribando aviones. (alabado seas Tom Hardy).
No obstante, pese a lo glorificada que está esta cinta (qué técnicamente es brillante) es una película que no llega al corazón: simplemente muestra lo que ocurrió en Dunquerke con una tensión, un ritmo y una dirección de fotografía alucinantes.
Lo mejor: La experiencia que supone verla en pantalla grande. Tom Hardy. Lo Peor: No tiene ni un ápice de historia, de trama o de personajes. Sin estructura narrativa. No llega todo lo que debería llegar.
Nota: 7,5.
Commentaires