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Crítica: Transformers: El último Caballero. Más explosiones que nunca, más absurdo que nunca, más es

  • Josep L. Cardo
  • 25 oct 2017
  • 2 Min. de lectura

A Michael Bay se la pela todo. Se la pela la calidad de las películas de Transformers. Por norma general, las películas de robots gigantes del señor Bay suelen ser un desastre, embadurnado de millones de explosiones sin sentido y con estructuras narrativas tan simples como iguales.

La quinta entrega de esta saga no se salva. Es lo mismo de siempre. Un cóctel cargado de estupideces, con un guión inexistente y donde lo importante es mezclar tanto como se pueda. ¡Qué más da cargarse toda la mitología que él ha creado! Las incongruencias narrativas con las anteriores películas son lo de menos (cualquier espectador medio que las haya visto, por cualquier motivo, tampoco se dará cuenta).

La acción es tan caótica como siempre y los personajes tan planos como siempre. En sí, la quinta entrega es tan solo una repetición de todo lo bueno y todo lo malo de las anteriores, aderezado por una reescritura de la mitología y, como siempre, con personajes que sobran, tramas que no llevan a ningún lado y vacío.

Sin embargo, si algo sabe Bay (y de aquí viene un poco la defensa de lo indefendible) es que sabe crear espectáculo como ninguno. Esta quinta entrega de Transformers es todo lo épica lo que Bay quiera. Y también todo lo ridícula que Bay quiera. Así que se queda en un batiburrillo equilibrado entre estupidez y épica, que no contentará a nadie que se la tome mínima en serio, ya que estamos frente a un espectáculo que cada vez oscila hacia un Sharknado con un presupuesto agigantado. Por lo estúpido del producto, vaya.

Aunque tenga actores de la talla de Anthony Hopkins, la interpretación aquí es de lo menos. Todos corretean de un lado para otro, con Robots gigantes que destruyen cuanto más mejor en un espectáculo vacío, pero con sentido de la épica.

Pese a ser un desastre, como las anteriores, Transformers: El Último Caballero juega las cartas bien para quien se lo pasó bien con las anteriores. Sin embargo, se nota a leguas que esto debería acabar ya (para bien de todos) y que Bay debería dedicarse a otra cosa.

En Definitiva: una quinta entrega que no da nada nuevo ni bueno, pero entretiene pese a su estupidez. ¿Pero alguien esperaba algo nuevo o bueno de esto?

Lo mejor: Visualmente es apabullante.

Lo peor: Demasiado estúpida, demasiado caótica, demasiado sin sentido. Retírate de los Transformers, Bay.

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